Cada mañana su despertar se aletargaba
Cada mañana hacía un esfuerzo titánico para abrir los ojos
Cuando lo lograba, siempre veía lo mismo
Un día sin sol, una nube sin agua
Ella se esforzaba, ella se esforzaba
Pero siempre llegaba al mismo sitio
El insondable espacio de su ausencia
Le gustaba pensar que la película terminaría, un día
Ese día, en particular, después de su largo despertar
se sentía pesimista
Cómo hacer, cómo hacer
Para cambiar el chip, para cambiar el rumbo
Entonces escribió una nota, recibió una llamada
Miró por la ventana
Se preguntó,
¿Qué querrá Dios de mí?
Ella se aferraba a esa idea
Porque veía que había una inteligencia transparente
cubriendo la vida de todos
¿Qué querría Dios de ella?
Siempre que llegaba a esa pregunta, se relajaba
“Ya lo sabré, en su debido momento
Por hoy, me basta con despertar”
La eterna espera
de la voluntad divina
nada más que saber
que un día moriría y que
quizá
todo fuera una mentira
Hermoso.
monigote con besito Julita, ya pronto nos vemos
Beautiful! Me encantan las frases:
“El insondable espacio de su ausencia”
“Por hoy, me basta con despertar”
Gracias Jonathan. Está bueno sacar algo de belleza de los sustratos agónicos de la existencia (y que sean apreciados por un admirado escritor como tu)