Renacimiento

Él observaba cómo sus sueños se iban alejando de él

Nunca había tenido pretensión, ni, digamos, ambición

Pero unas ganas plausibles de vivir a cualquier precio

Se iban apoderando instintivamente

Él, quien hacía poco vacilaba sobre la mejor manera de suicidarse

Empezó a ver el mundo, la realidad

Con una mirada de afecto, de familiaridad

Le costaba creer que pudiera abandonarlo todo

Por más que sus sueños decidieran dejarlo en la estacada

Aún tenía vida, se dijo

Y quién como los perros

Que no se cuestionan nada

Quién como los pájaros

Que viven su vida sin causar gran alboroto

Pensó en la futilidad de la vida y, aun así, se alegró de estar vivo

Se alegró de no haber tomado la decisión fatal

Quizá su tristeza empezaba a alejarse

Quizá, sólo quizá, renació a todo lo que no era capaz de ver antes

Y se alegró por primera vez en mucho tiempo

Miró a su alrededor y todo parecía tranquilo

Él nunca había sido de mucho barullo

Y se alegró de que todo fuera tranquilo

Estar tan cerca de la muerte da a uno mucho en qué pensar

Y se alegró

Observó de nuevo a sus sueños y sintió que por mucho que se alejaran

Eran sus sueños

Y siempre los podría hacer volver

Siempre podría volver a construirlos

O incluso dejarlos

Y no vendría la policía a preguntarle sobre su realización

No vendría nadie

Mas que su conciencia inquisitiva

Que tendría que empezar a domar para que todo siguiera tranquilo

Para que él siguiera alegrándose

Para que las mañanas fueran mañanas

Las tardes tardes

Y las noches noches

Y así quedó observando

Cómo si tristeza se alejaba

Y cómo, quizá, renacía a lo que no era capaz de ver antes

3 Comentarios

  1. Hola Flor!

    Tus últimas entradas me recuerdan, de alguna manera, a El Espejo en el Espejo de Michael Ende, un laberinto en el que cada pasillo tiene déjà vues de los otros pasillos, avanzando y eligiendo caminos. Me encanta leerte y leer tu hambre de vida 🙂

      1. Lo había imaginado -por eso me alegra aún más-, aunque leyéndote lo que me has transmitido sobre todo es Vida.

        Creo que a veces buceamos y buceamos hasta que encontramos el fondo, pero eso no quiere decir que quedarnos allí sea lo que queremos. Creo que a veces necesitamos verlo para darnos cuenta de que Tánatos no tiene sólo una cara; eros-tánatos, el cambio, el renacimiento, la fertilidad. Perséfone vuelve al encuentro de Démeter.

        Un abrazote linda!

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