La canción

Y el tiempo borró su recuerdo como borra las imágenes que no se retienen, como borra las imágenes retenidas después del suficiente tiempo.

Ella quedó borrada de su paisaje, y solo quedó su corazón latiendo, observando el vaivén de las olas mientras sangraba.

A lo lejos, las estrellas. Le hablaban de canciones que no podía escuchar, pero ella recordaba cuando le susurraban al oído historias de amor y gracia. En su pequeñez, observaba, anhelante lo que sus oídos no eran capaces de captar.

Y llegó el día y llegaron muchos más, llegaron las gaviotas desde el fondo del mar, los oasis desde el fondo del desierto.

Desde que escuche la canción, el sol abrasará el horizonte, mostrará el nuevo paisaje que la noche le impedía ver, y la melodía bajará desde el cielo, haciendo su danza eterna, una vez más.

Entonces el tiempo no será guadaña infalible que convierte en olvidados los recuerdos. El tiempo, como su tristeza, dejarán de existir, una vez más.

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