La conciencia

Cae la tarde

El cielo desempluma su profundidad

Abismo de estrellas

Una existencia más mirando hacia arriba

Una hormiguita más labrando su guarida

Suave caricia del otoño

El aire de la tarde que ya es noche

El aire que penetra desde la lejanía

Hasta mi ventana

Me sacude las ideas y me desploma entre las sábanas

Para volver a elevarme, una vez más

Observar la conciencia intacta

Tras tantas aguas movedizas

Inapagable su luz

Incansablemente despierta

Dispuesta una vez más a ejercer el pensamiento que nos salve

Brotar la alegría como si no hubiera herida

Ni cicatriz

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